Mi semilla parte del arte de Frida Kahlo y cómo el dolor se convierte en su obra. De ahí, empieza una investigación de cómo tratan el dolor diferentes artistas y qué teorías existen.

Partiendo de Frida, para mi primera constelación hice un collage con los elementos de su obra que me parecen representativos de dolor:

A partir de aquí empezó la búsqueda de referentes artísticos más allá de Frida y cómo éstos trataban el dolor. No quise ir a buscar artistas muy conocidos pues ya tenía a esta gran artista como referente, así que investigué un poco más allá y descubrí obras de artistas poco conocidos que me parecían joyas.

Uno de ellos es David Nebreda, diagnosticado con esquizofrenia paranoide desde los diecinueve años. Su enfermedad provoca la ruptura de su personalidad y él continuamente la busca a través de su doble fotográfico, un reflejo de sí mismo y a la vez alguien desconocido.

¿Cómo materializa todo esto? A través de la carne, la piel y la sangre busca su cuerpo, a través de los excrementos encuentra su máxima expresión y en la experimentación del dolor, dónde a veces hasta sobre pasa los límites del espectador y genera mucha controversia, encuentra su renacimiento. Su obra se basa en el registro de estas experimentaciones a modo documental, incluyendo fotografías, dibujos y textos.

Investigando más artistas que trabajan el dolor me encontré dos en concreto que hablan del tema que a mí me interesa, mi semilla: la migraña.

Primero, hablemos de Francisco Lina Manjarrez. Era un cirujano que a través de una experiencia traumática donde presenció la muerte de un amigo en sus propias manos (en una operación quirúrgica), desarrolló cefalea tensional y migraña. Él intentó seguir con su vida pero ésta le cerraba el paso, hasta absorberlo por completo y donde el único camino que pudo encontrar fue plasmar ese dolor en sus pinturas.

Otro de mis referentes es la pintura de Melissa Hentges Keith Migraine (2007), en la que la artista contemporánea representa como son sus ataques de migraña en una pintura. Es en la que se basa una de las constelaciones, porque la estética que utiliza me parece muy acorde al dolor que proviene de las migrañas.

Después de este viaje a través del mundo y dolor de los demás artistas y tras la lectura de los recursos, me dispuse a hacer la segunda y tercera constelación, ya no tan predispuesta a hacer un esquema formal, como había pensado hacerlo en un inicio, sino a experimentar diferentes ideas a través del dibujo.

El dolor, en resumidas cuentas, he descubierto después del proceso de investigación, que para mí no es suficiente expresarlo solamente a través de un medio. Si bien, ya contaba con una idea preestablecida de hacer varias pinturas sobre lo que representa para mí el dolor, cuando extraje esa semilla, ahora he cambiado totalmente de parecer. Sí que me gustaría que las pinturas formasen parte del proyecto, pero opto más por un conjunto multi-técnica que abarque de forma sinestésica incluso, todos los sentidos. De ahí, que para concluir mi constelación lo haga con una clave fundamental de lo que será mi trabajo, que es el trabajo con luces. A continuación, unas fotografías que han servido de prueba y ensayo y forman parte de mi constelación.